“Esto
explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y
los dos se convierten en uno solo.”
Génesis
2:24 (Nueva Traducción Viviente)
Aun dentro de los matrimonios cristianos se
dan casos donde se descuida la relación de amistad
y confianza. Ocasionando primeramente distanciamiento y en los peores casos
divorcios. El varón olvida que su esposa es el regalo de
DIOS para su vida, aquella que él escogió. De igual manera la esposa pudiera
menospreciar a su esposo por no recibir de él lo que esperaba. Dejando así de
respetarse. En ambos casos los cónyuges deben ir cada día a la fuente que
mantiene fuerte y encendido un matrimonio, a DIOS. Solo en Él se consigue la
ayuda sobrenatural para tener un matrimonio exitoso. En Él se pueden perdonar
todas las ofensas, solo el SEÑOR puede restaurar corazones heridos; y solamente
su amor resiste cualquier prueba.
Un matrimonio debe tener claras sus
prioridades de acuerdo a las Escrituras:
1.- Siendo primeramente el SEÑOR. Tenerle a Él por encima de
cualquier persona o situación. Solo Él merece la total devoción, amor y atención del creyente. Cuando Él ocupa el trono
del corazón del creyente todo lo demás prosperará.
“Jesús contestó: —“Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma
y con toda tu mente”. Mateo 22:37 Nueva Traducción Viviente.
2.- En segundo término los cónyuges deben tener por encima de
cualquier otra persona a su cónyuge. Sus decisiones deben basarse
primordialmente en las Escrituras y guardando principalmente los intereses del
matrimonio por encima de otros familiares o terceros (Génesis 2:24).
3.- Adicionalmente los miembros del matrimonio deben
renovar su entendimiento respecto al papel que les corresponde y de su cónyuge
de acuerdo a la Palabra de DIOS. El varón debe recordar que su esposa es fuente
de bien y no de mal, alguien quien es digna de su confianza (Proverbios 31:12).
Él debe tratarle con amor y gentileza, como a vaso más frágil; no siendo áspero
(1 Pedro 3:7). El varón tiene la responsabilidad de formar a su esposa, así
como el Señor Jesucristo edifica su Iglesia. Mediante oración y enseñanza de las Escrituras el varón debe
discipular a su esposa en la voluntad de DIOS. El varón ha sido puesto como
cabeza sobre la mujer no para maltratarla ni hacer mal uso de su autoridad,
sino para protegerla y amarla así como Jesucristo ama a la Iglesia (Efesios 5:25).
La mujer por su lado debe someterse en amor a su marido,
al hacerlo honra a DIOS. (Efesios 5:22-24). Debe respetarle sin importar las
circunstancias externas que esté pasando su matrimonio, mostrándole fidelidad.
La mujer no debe buscar contender con su marido sino hacerle bien (Proverbios
31:12). Ella debe esforzarse por ser su ayuda idónea con los recursos que DIOS
ponga a su alcance (Proverbios 31).
Además ambos cónyuges deben perdonar sus ofensas de todo corazón y mostrar arrepentimiento genuino en
las áreas que lastimen a su cónyuge. Por ultimo ambos deben interesarse por
mantener una buena y saludable relación sexual. Para que así no exista distanciamiento
y puedan ser tentados por el enemigo (1 Corintios 7:3-5). Es responsabilidad de
cada uno el satisfacer las necesidades sexuales de su cónyuge, esto siempre
y cuando no se denigre o se le haga daño al cónyuge con actos aberrantes.
Recuerda los votos que hiciste al SEÑOR en el altar
cuando te casaste, y pídele que te ayude a mantenerlos. Así serás feliz con tu
cónyuge.
Sigue estos consejos y tendrás un matrimonio pleno en Jesucristo.