jueves, 26 de mayo de 2016

TIEMPOS PARA DESCANZAR

Es importante que como los discípulos salgamos de Jesús pero también volvamos a Jesús al final del día de cualquier jornada ministerial. Tenemos que ir una y otra vez y retornar al tronco que es el Señor quien nos da el poder y la gracia para hacer todas las cosas que hacemos.
Marcos 6:30,31 dice: "Después que ellos habían compartido con el Señor, Él les dijo: 'Venid vosotros aparte a un lugar desierto y descansad un poco', porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aún tenían tiempo para comer y se fueron solos en una barca a un lugar desierto."
Recuerden que estos pasajes están diseñados para mostrarnos diferentes aspectos del ministerio de Jesús y también de la vida cristiana. Qué interesante que después del Señor dialogar con ellos después de su jornada ministerial, les dice: vengan a un lugar aparte. Lo que Él estaba diciendo allí era: ¿saben qué muchachos?, vámonos de vacaciones. Ustedes han estado trabajando arduamente todas estas semanas y necesitan un descanso.
Así que levantémonos de aquí. Y esa idea de que vamos a un lugar desierto, en el griego original la idea no es irse al desierto a ayunar o a buscar el rostro de Dios en oración, no, era mas bien irse a un lugar donde no hubiera gente, un lugar de soledad, de descanso, de silencio donde ellos pudieran recargar las baterías y estar un rato juntos, y divertirse quizás y poder comer juntos, celebrar un tiempo de descanso, vacaciones en otras palabras.
Yo creo que eso es importante porque muestra el balance al que Dios nos llama en la vida. ¿Sabe? la vida no es solamente trabajar, trabajar ni siquiera a favor del Reino. Dios reconoce nuestra humanidad y nosotros tenemos que hacer lo mismo. Hay momentos en la vida en que tenemos que saber: estamos cansados y necesitamos un descanso. Hay tiempo para todo dice el escritor de Eclesiastés: hay tiempo para trabajar pero hay tiempo también para descansar y divertirnos, y pasar con la familia.
Como Pastor yo he descubierto que definitivamente necesito tiempos para descansar, relajarme, estar con mi familia, ir a un lugar agradable, sentarme en un restaurant y reconocer que yo también necesito y que no solamente debo estar pegado al ministerio. Muchas veces los pastores nos quemamos físicamente, mentalmente, emocionalmente y descubrimos que se ha secado la fuente y no tenemos nada que enseñarle a nuestra gente. Ya no nos huelen ni las azucenas como decimos por ahí, la vida pasa de un servicio a otro, un sermón a otro y ya como que perdemos ese sentido de reverencia, de lo especial que es servir al Señor.
Qué importante es que nosotros saquemos tiempos para descansar el cuerpo, descansar la mente y volver otra vez a la carga. No somos seres meramente espirituales, somos seres de carne y hueso. Tenemos que ponerle atención a nuestros matrimonios. Los pastores, los líderes no podemos estar simplemente todo el tiempo en las cosas del ministerio. Y por eso también es que las iglesias deben darle tiempo a sus líderes para las cosas de la familia. Hay tanta gente que se queman trabajando para el ministerio y los pastores a veces no tenemos la sabiduría para sacar el burro y quitarle el aparejo por así decirlo para que descanse un poco.
Eso es una regla de la vida hermanos. A veces las congregaciones carecemos de la integridad necesaria porque le sacamos provecho a nuestra gente, y estamos tan metidos en la agenda del crecimiento de la Iglesia. Hay sistemas de crecimiento que yo creo que cometen el grave error, el pecado de sacar a la gente y meterlos a trabajar, trabajar, trabajar para que traigan a la gente, sacarles provecho, y los llevamos al punto de que se queman, destruyen su matrimonio, se destruyen ellos emocionalmente, y llega un momento de crisis en que no quieren saber nada ya del Evangelio y del servicio.
Hemos visto congregaciones enteras muchas veces llegar a un punto de crisis y destrucción por ese ritmo febril que llevan y creemos que si estamos sirviendo al Señor como que las leyes de la naturaleza serán quebradas, seremos dotados de una fuerza sobrenatural todo el tiempo. Puede que eso se de un tiempo, pero tarde o temprano tiene que haber un sano balance donde hayan tiempos de descanso, tiempos en que la Iglesia cierre las puertas para que los miembros pasen tiempo con su familia, las iglesias tendrán que aprender a darle tiempo a sus pastores para que estén en sus casas en la noche y puedan estar con sus hijos, para que esos hijos puedan crecer amando la Iglesia en vez de como pasa tantas veces, crezcan con resentimiento contra la Iglesia que les ha quitado sus padres.
Me encanta ese detalle de que el Señor dice: vamos a un lugar aparte, vamos a tomar tiempo para descansar. El mismo Señor Jesús hizo eso, si Él lo hizo ¿por qué no nosotros también?. Vivamos a un ritmo adecuado nuestras vidas. Hay tiempo para servir al Señor y darle todo pero hay tiempo también para buscar momentos de descanso y eso tiene que darse cada día, cada semana, a través del año, un ritmo balanceado que nos permita estarnos renovando siempre y tener más para darle más al Señor.
Espero que esto sea de bendición para tu vida. No seamos como Marta, afanosa, si no seamos como María, sentarnos a los pies del Señor y simplemente beber de Su Voz renovadora. Dios les bendiga y continuaremos con nuestras meditaciones más adelante.

viernes, 6 de mayo de 2016

MENSAJE Y REFLEXION POR EL DIA DE LAS MADRES MQV.

Una Madre admirable
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas… Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba” (Proverbios 31:10, 28)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Proverbios 14:1, Lucas 1:39-55

Qué hermoso y admirable es el papel de la madre: formar hijos. Dios mismo le ha conferido especiales facultades con las que Él mismo la ha dotado: Amor, paciencia, perseverancia, sabiduría, sensibilidad, diligencia, ternura y firmeza a la vez. Por estar muy cerca de ellos, incluso físicamente a través del proceso de gestación, y luego durante la infancia y juventud, la madre ejerce naturalmente una poderosa influencia sobre sus hijos, que debe ser aprovechada para esculpir valores y cualidades de manera indeleble en el carácter de sus hijos, que la llevarán a ser grandemente recompensada con una profunda estima, valoración y admiración por parte de su familia.

Pero esto sólo es posible cuando la mujer renuncia a sus esquemas mentales y paradigmas, a sus pensamientos y experiencias, a sus métodos tradicionales aprendidos culturalmente, y permite que Dios le enseñe a ser la madre que Él desea, buscando como a joya preciosa, su gracia y su sabiduría, tal y como dice la palabra de Dios: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará” (Proverbios 4: 7-9)

Si así lo hace, también su influencia dejará una huella eterna como lo hicieron muchas madres a las que la palabra de Dios exalta por su labor:

• Ana, la madre del profeta Samuel: Quien al entregar su corazón a Dios para que Él ocupara el primer lugar, estuvo dispuesta a vaciarse de su amargura, tristeza y resentimiento, para que Dios la llenara de amor, paz y poder. Fue ungida por el Espíritu Santo, tuvo la fe y el valor para dedicar su hijo a Dios, llegando a ser uno de los profetas más amados de Israel

• Elizabeth, la madre de Juan el Bautista: Al ser sensible a la voz de Dios y creer en sus promesas, comprend
e que su hijo es apartado como siervo de Dios y ella misma experimenta la unción del Espíritu Santo para formarlo.

• Y la misma María, la madre de Jesús, quién formó a su Hijo para que Dios cumpliera a través suyo su propósito de salvar a la humanidad.

HABLEMOS CON DIOS

“Padre amado, hoy vuelvo mi corazón agradecido a ti, por el privilegio de ser mujer y por la maravillosa influencia que puedo ejercer sobre todos aquellos que me rodean. Hazme sabia para buscarte con anhelo ferviente cada día, rendir al control de tu Espíritu todas las áreas de mi ser y así te puedas valer de mí para levantar hombres y mujeres de valor, que te amen, te reconozcan y te sirvan”en el Poderoso nombre de Jesùs. amèn