lunes, 13 de julio de 2015

TEMA: ANA, la mujer que no fue destruida por un corazón quebrantado

«Ana permitió que su corazón destrozado la acercara a Dios...; aquellas de nosotras que hemo­s pasado por tragedias -particularmente las que son viudas-sabemos que
nada cura las heridas del corazón como el estar conscientemente con Dios.

Lucas 2:22-27, 36-38 Y cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel, antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le tra jeron a Jerusalén para presentarle al Señor, y para ofrecer conforme en lo que se dice en la ley del señor: Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo al Señor, y para ofrecer conforme se dice en la ley del Señor. dos tórtolas o dos palominos.
Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes de que viese al ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús vinieron al templo, para hacer con él conforme al rito de la ley...
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

Jeremías 49:11 Deja tus huérfanos, yo los criaré, y en mí confiarán las viudas.

Salmo 147:3 El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.

¿Puede una persona morir de corazón quebrantado?
Los doctores británicos, estudiando casos de grupos de viudos, descu­brieron que un gran número de ellos murieron al cabo de seis meses de la muerte de sus esposas. El 50% por fallos del corazón.
La vida de Ana habría sido sin esperanza. Una viuda, en el Oriente, generalmente es una mujer enterrada en vida desde que fallece su mari­do. La única cosa que una viuda sin hijos puede hacer después de la muerte de su marido es volver a la casa de sus padres a esperar, o bien un segundo marido, o la muerte. La felicidad del matrimonio de Ana duró solamente siete años. Muchos comentadores bíblicos dicen que había sido viuda por unos sesenta años. Sabemos que tenía ochenta y cuatro cuando saludó al Mesías. Era una profetisa de la tribu de Aser en Galilea. Esta era una tribu insignificante, de la cual se podría decir: «Ninguna profetisa puede venir de Galilea», o de la tribu de Aser.
Por lo general los profetas eran hombres. Las mujeres se consideraban una rara excepción. La Biblia menciona unas pocas: María, Débora, Ulda y Noadia, en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento únicamente encontrarnos a las cuatro hijas de Felipe el evangelista. Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento encontramos a Ana. Era un gran honor ser profetisa. Tanto un hombre como una mujer que hablaran la Palabra de Dios al pueblo tenían un privilegio muy especial; y Ana pertenece a este grupo selecto.
«Cuando mi marido murió, se detuvo mi vida», me confesó una viuda. Ana tomó una actitud totalmente diferente. No huyó, no se escondió en el aislamiento y autopiedad después del gran golpe en su vida. No vino a ser una carga a sus parientes; no se hizo una mujer solitaria cuya vida nada tiene que ofrecer. No se convirtió en una persona a quien todos compadecen pero nadie sabe cómo ayudar. Ana no se refugió en el pasa­do; éste es uno de los grandes peligros al cual las viudas tienen que hacer frente, y sólo aquellas que, como Ana, han tenido la triste experiencia de haberles sido quitado el compañero de su vida saben cuán real es este peligro.
Cuando la unidad de un matrimonio es rota, todo lo que queda es una persona partida en dos. Aun después de un matrimonio relativamente corto, el cónyuge que queda no es ya la misma personalidad que antes. En las memorias de su vida ésta queda partida en dos mitades.
¿Fue Ana consolada por el pensamiento de que Dios no le quitó el marido porque sí? ¿Pensaba ella que Dios mismo se le daría a cambio de lo que le había quitado? Probablemente sí.
A fin de comprender esto, la persona debe tener un gran valor para mirar adelante. Jesús dijo a sus discípulos: «Ninguno que habiendo pues­to la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios».[1] Ana se refuió en Dios, Dedicó su larga vida a su servicio en el templo. Oró y ayunó. Al hacer esto último muestra que ella quería dar más atención a Dios que a sí misma. El tenía la prioridad.
Cuando una viuda se atreve a olvidar el pasado y no depende más de recuerdos para su felicidad, y sobre todo cuando se decide a afrontar el presente y el futuro con Dios, entonces una paz sobrenatural inunda su corazón. Ya no está en la vida como una lastimada que requiere consuelo, sino como una consoladora. Ella puede consolar a otros en sus proble­mas y tristezas, porque ha sido consolada por Dios mismo.[2]
Ana no sólo estaba ocupada en la obra de Dios durante el día, sino también por la noche; así nos lo refiere el texto escritural. Sin embargo, en medo de toda su actividad, no se ha ocultado de la gente. Un verdadero andar con Dios no es sólo introspectivo, sino que es visiblemente activo: Quiere hacer a otros felices. El filósofo Soren Kierkegaard dijo: «La puerta de la felicidad se abre hacia fuera... a otros».
El mundo es oscuro, tenebroso y sin esperanza para el pueblo de Ana, en sus días. Los problemas se han hecho tan grandes que es difícil sobrellevarlos. Sin embargo, muchos están esperando, consciente o in­conscientemente, la Redención, que sólo podía venir de Dios: la llegada del Mesías.
Y el gran día es llegado. Jesús ha nacido.
Los ángeles cantan: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz; buena voluntad para con los hombres.» [3]
Los pastores se arrodillan ante él.
Cuando José y María llevan a su primogénito al templo para presentar­lo a Dios según está prescrito en la ley, no sólo encuentran al piadoso Simeón -el hombre al que fue revelado que no moriría sin ver al Mesías-, sino también a Ana. Dios, que cuidó de ella tan fielmente durante todos aquellos años, ve que ella se merece no perder aquel sagrado momento. La mujer que no tenía ninguna oportunidad en la vida, a causa de sus circunstancias como viuda y anciana, viene a ser en este momento la mujer más privilegiada del mundo. A la par que a Simeón, le es permitido ver al mismo Hijo de Dios y adorarle.
Este es el momento cumbre de su vida: la respuesta a las oraciones de muchos años. Es el más grande momento de todas las edades, el momen­to que el mundo ha esperado ansiosamente. ¡El Mesías ha venido!
Ana sólo puede hacer dos cosas: Primero alaba y adora a Dios, porque el Redentor de su pueblo y del mundo -por tanto tiempo esperado-, el Redentor de sus propios pecados, ha venido. En esto se une a Simeón. En segundo lugar, no puede guardar esta estupenda noticia para sí misma. Alguien ha dicho: «Testificar es echar una mirada profunda al Señor Jesu­cristo y luego decir a otros lo que uno ha visto». Esto es lo que hace Ana.
Ello prueba cuán bien conoce a la gente. Sabe exactamente que en Jerusalén están esperando la Redención, y ella cuenta a Quién ha visto. La proclamadora de Jesucristo no es un joven o una joven enérgica y de habla elocuente; es una anciana. Es una persona que ha experimenta­do lo que el salmista predijo acerca del Señor: «El cura a los quebrantados de corazón y venda sus heridas».[4]


Ana, la mujer que no fue destruida por un corazón quebrantado
(Lucas 2:22 a 27; 36 a 38; jeremías 49:11; Salmo 147:3.)

Preguntas
1.      Cuando joven, Ana experimentó una grande pérdida. ¿Cómo in­fluenció esto en su vida? (Vea Lucas 9:62.)
2.      ¿Cómo dice la Biblia que fue su relación con Dios?
3.      ¿Qué conclusiones saca de esto?
4.      ¿Qué hizo Ana cuando vio a jesús?
5.      Lea 2á Corintios 1:3-4. ¿En qué casos encontraron estas personas pena y quebranto?
6.      ¿Hay algo que has aprendido de Ana acerca de vencer el dolor y la tristeza? ¿Hay alguien que pueda ayudarle de la misma manera? ¿Quién es?



TEMA: LA MUJER A TRAVES DE LA HISTORIA

La mujer a través de la historia


Siglos enteros de civilización, guerras, hambrunas y epidemias, el nacimiento de las ciudades o la vida campesina bajo el feudalismo se han contado sin incluir a las mujeres: la historia de los varones era extensiva a la historia de la humanidad. Las mujeres podrían considerarse como las grandes olvidadas de la historia

Las mujeres han estado aparentemente ausentes en muchos ámbitos de la ciencia y de la cultura a lo largo de la Historia. Aparecen escasamente en la Historia, en la Literatura, en el Arte, en la Ciencia... Por un lado, porque han tenido muchos obstáculos para poder desarrollar sus intereses y capacidades, y por otro lado, porque a las que han conseguido hacerlo no se les ha reconocido y ni siquiera han sido nombradas en los libros o en las enciclopedias.


La invisibilidad histórica que han sufrido las mujeres, a menudo apartadas de la "historia oficial", hace que desconozcamos a muchas que utilizaron su imaginación, su voluntad, sus fuerzas y a veces su vida para contribuir en la construcción de una sociedad más justa para mujeres y hombres. En contra de múltiples barreras las mujeres en todas partes del mundo han participado en nuestro desarrollo social desde el amanecer de la civilización hasta nuestros días. Muchas mujeres sobre todo las que osaron a salirse de la norma tuvieron que luchar contra la incomprensión de la sociedad de su tiempo, o contra el fascismo o el racismo, o simplemente contra una absurda discriminación basada en el sexo, la clase social o la identidad étnica. Algunas como Marie Curie con sus dos premios Nobel han pasado a la posteridad pero muchas otras han caído en el olvido convirtiéndose en las grandes olvidadasde nuestra historia.

La consecución de los derechos de que disfrutan en la actualidad las mujeres del mundo occidental se ha debido a los esfuerzos de muchas de ellas que a lo largo de los siglos han trabajado para conseguirlos. A lo largo de la historia han sido muchas las mujeres que se han intentado hacer un hueco en un mundo de hombres. Las costumbres con el paso de los años fueron cambiadas gracias a muchas de ellas (también gracias a algún hombre), para poco a poco irse acercando a la sociedad que conocemos a día de hoy, que si bien es cierto que aún hay mucho que avanzar, se ha ganado mucho terreno.
¿Cuál ha sido el papel de la mujer en las distintas épocas históricas y civilizaciones?

Desde la prehistoria, las mujeres, como los varones, han asumido un papel cultural particular. En sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que recogían los productos vegetales, mientras que los varones suministraban la carne mediante la caza. A causa de su conocimiento profundo de la flora, la mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras agricultoras.



Nuestras primeras antepasadas aprendieron a preparar barro y hornear cerámica; trabajaron los esmaltes y mezclaron cosméticos origen de la ciencia química. Al encargarse de la agricultura y la recolección, también descubrieron las propiedades medicinales de las plantas y aprendieron a secar, almacenar y mezclar las sustancias vegetales.

En el antiguo Egipto las mujeres tuvieron gran libertad de movimientos. Podían ejercer multitud de oficios, andar libremente por las calles, comprar y vender, recibir herencias y tener acceso a la educación, aunque las campesinas desarrollaban un trabajo extremadamente duro. En Mesopotamia las mujeres no estaban sometidas a los hombres, sino que gozaban de un cierto estatus de igualdad. En el famoso Código de leyes de Hammurabi las mujeres disfrutaban de importantes derechos, como poder comprar y vender, tener representación jurídica o testificar libremente. Muchas mujeres actuaron como escribas en el palacio del rey y las reinas eran respetadas como tales llegando incluso a ejercer la regencia de sus hijos menores de edad, formaban los documentos y vivían en un palacio con esclavos y siervos. Podían asimismo ejercer diversos empleos y participar en la vida pública de las ciudades.


La posición de la mujer en la antigua Grecia no fue muy positiva. Para el filósofo Aristóteles, que ejerció gran influencia en la Europa medieval, la mujer no era más que un hombre incompleto y débil, un defecto de la naturaleza. La mujer fue considerada como un ser sin terminar al que había que cuidar, proteger y guiar, lo que implicaba su sometimiento total al varón y su alejamiento de la vida pública, en la que no podía participar. Las muchachas se casaban a los 14 años con hombres mucho mayores que ellas. Era el padre quien le encontraba marido y discutía la dote. Ella pasaba a ser propiedad del marido como antes lo había sido de su padre y en caso de enviudar de su hijo. La educación de las mujeres estaba orientada a su función como esposa. Las niñas aprendían a hilar y tejer, música y a tocar la lira. Su educación terminaba con el matrimonio. Una vez casada, el marido recluía a su esposa en una parte de la casa apartada del exterior o la vida social que él llevaba. Allí vivía con sus hijos y sirvientas tejiendo sus propios vestidos y preparando los alimentos para el esposo. Nunca salía de la casa, pues al mercado iban las esclavas. Las ciudadanas de Atenas se dedicaban exclusivamente a la casa y al cuidado de los hijos. Por su parte, las mujeres más libres eran las prostitutas, que no estaban sometidas al régimen riguroso de las demás mujeres. La división de la sociedad griega era muy clara: el mundo de la política y la libertad estaba reservado a los hombres y el de la casa a las mujeres. En algunas ciudades como Esparta, dado su carácter guerrero y la ausencia prolongada de los hombres, las mujeres gozaron de mayor libertad: estudiaban música, hacían gimnasia, competían como atletas e incluso algunos casos de adulterio les estaban permitidos. El mundo intelectual estaba casi vedado a la población femenina, pero aun así algunas mujeres destacaron en poesía.

Cuando la niña tenía alrededor de los 13-15 años, los padres concertaban un matrimonio, eligiendo al pretendiente más adecuado. La chica iba con una dote, destinada a protegerla en caso de que el matrimonio fracasara por cualquier motivo, y el novio debía a su vez comprar hacer regalos a la familia. Tras la boda, tocaba estar encerrada en la zona de la casa para mujeres o gineceo y criar hijos, y por supuesto llevar la casa. Cuanto más alta la clase social de los esposos, más rígido era este régimen.


Las mujeres romanas disfrutaban de mayor libertad que las griegas, pero la participación política y ciudadana les seguía estando vetada. Su condición social seguía siendo la de un ser inferior al que había que tutelar, dirigir y utilizar. No tenían nombre propio, pues adoptaban el del padre en femenino, y las niñas no deseadas eran abandonadas al nacer y condenadas a la esclavitud si conseguían sobrevivir. Hasta los 12 años, cuando contraían matrimonio, asistían a la escuela pública las hijas del pueblo, mientras que las de la clase patricia tenían sus preceptores en casa. La enseñanza que se les facilitaba estaba encaminada a hacer de ellas buenas esposas: aprendían canto, matemáticas, recitado de poemas y costura. En el campo trabajaban igual que los hombres en las labores agrícolas y en la ciudad podían ser incluso comerciantes y llevar sus propios negocios, aunque bajo la tutela de los hombres. Mientras que a las griegas les estaba prohibida la vida social, las romanas andaban libres por las calles, aunque acompañadas, acudían a los banquetes junto con los hombres, iban al mercado, participaban en juegos y asistían a los espectáculos, pero debían llevar siempre la cabeza cubierta como señal de recato. En una sociedad de economía esclavista como la romana las esclavas no tenían valor alguno. Podían ser compradas, vendidas, maltratadas o dedicadas a la prostitución.

Una vez casadas, podían incluso salir a la calle sin necesidad de ser acompañadas por un hombre, acudir acompañadas al teatro o algún banquete y ocasionalmente visitar a las amigas. En el plano sentimental, los romanos compartían la distinción griega entre el afecto por la esposa por una parte y las bajas pasiones por otro. El matrimonio tenía como objetivo perpetuar el linaje, y en las clases altas, forjar alianzas políticas y sociales. En ese aspecto, el amar a la esposa era algo que estaba fuera de lugar, pocos se lo tomaban en serio. Las mujeres, para merecer el título de “madres de familia”, debían estar en condiciones de dar a su marido hijos legítimos. El matrimonio era tan importante en la sociedad romana que Augusto impuso sanciones para aquellos que no lo realizasen. La media de vida era de unos 30 años, así que el matrimonio se celebraba a partir de los 12 en las chicas. La anticoncepción y el aborto eran frecuentemente utilizados por las mujeres. Como en Grecia, las romanas estaban excluidas de la vida política: no podían votar ni acceder a las magistraturas. En varias ocasiones las mujeres tomaron las calles de Roma para defender sus derechos manifestándose violentamente contra algunas leyes que limitaban el uso de determinados vestidos o la posesión de oro y joyas.

La edad media

La mujer en el periodo medieval mayoritariamente era campesina y trabajaba en el campo. Su papel económico era muy importante: realizaban las tareas agrícolas como los hombres y tenían que trabajar para mantenerse ellas y a sus hijos. A la mujer le correspondían las labores del hogar, el cuidado de los hijos, de los enfermos, la asistencia a los partos.

Protagonizaban las labores agrícolas de siembra y recolección, el cuidado de los rebaños, y todo ello con salarios muy inferiores a los de los hombres. Las mujeres jóvenes podían encontrar trabajo como criadas y sirvientas de damas nobles por un mísero salario o, como ocurría la mayoría de las veces, a cambio de la comida y el alojamiento, lo que para los agobiados hogares campesinos que tenían que mantener muchas bocas era una liberación. Entre las sirvientas existía una gran diversificación de labores: las que atendían personalmente a los señores, las encargadas de la cocina y las que trabajaban en los talleres. Algunas podían aprender un oficio en los talleres de hilado y tejido de las haciendas y castillos. De todas formas la importancia de las mujeres campesinas, junto con la de sus maridos, era fundamental para el mantenimiento de la economía agrícola.


La boda la pactan los padres de la muchacha, que fijan la dote y reciben una cantidad estipulada por parte del novio en concepto de la “compra” del poder paterno. Si no se casa con la novia pactada, se paga una multa estratosférica a la familia afectada. Si se finge un secuestro, la muchacha pasa a ser oficialmente adúltera.

El aumento demográfico en la Baja Edad Media propició la aparición de núcleos urbanos en torno a lugares fortificados. En estos núcleos creció una nueva clase social, la de los burgueses, que basaba su economía en el comercio y la industria. Hombres y mujeres acudían a las ciudades, donde se realizaba un trabajo especializado y donde era cada vez más necesaria la mano de obra barata. La proliferación de numerosos oficios dio entrada a las mujeres en el mundo laboral, pero siempre en precario, pues el trabajo estaba controlado por los hombres y el salario de las mujeres se mantenía en inferioridad con respecto al de los hombres. Aunque las mujeres trabajaban en casi todos los gremios, era en la industria textil y elaboración de vestidos donde lo hacían mayoritariamente. También copaban los trabajos relacionados con la alimentación, como la elaboración del pan o la cerveza. Asimismo dirigían pequeños negocios y tiendas de comestibles vendiendo frutas, pescados, carnes.

Si bien la mujer se encontraba en una situación jurídica muy adversa, ya que estaba subordinada al hombre, su papel, en este tiempo, es más activo que en periodos posteriores. De hecho, en algunos países la mujer podía tener tierras, contratar trabajadores, demandar y ser demandada, hacer testamento y le correspondía otra tarea de gran responsabilidad: la representación del marido ausente. Los conventos cumplieron una función de gran utilidad durante la edad media ya que eran refugio de las hijas que no contraían matrimonio, único camino para otras de acceder a la cultura y solución para las mujeres que no encontraban salida a una mala situación económica.

A pesar de todo la discriminación femenina era notoria: se les fueron cerrando las puertas de acceso a los gremios y sólo en el caso de ser viudas de un maestro o tener un hijo mayor que se hiciera cargo del negocio se les permitía continuar con él. A finales del siglo XV y dada la creciente crisis económica, las mujeres fueron expulsadas de los gremios y se hizo todo lo posible para impedir que siguieran trabajando.

La Edad Moderna

La Edad Moderna supone un periodo de profundas transformaciones que van a constituir las bases del mundo contemporáneo: el descubrimiento de América, con el encuentro de diferentes culturas, el aumento del poder del estado, la pérdida de poder de la Iglesia y la aparición de nuevos valores basados en el hombre -el humanismo- y en la ciencia experimental, fueron cambios que afectaron, negativamente, la vida de las mujeres. El Renacimiento supuso un “renacer” pero sólo para los varones, que ven mejoradas en esa época sus posibilidades educativas y laborales. Para las mujeres fue todo lo contrario: no pudieron acceder a la educación humanista y los nuevos estados, centralistas y uniformadores, dictaron leyes que restringieron aún más sus posibilidades.



También la fundación de las universidades se estudia siempre como un factor positivo de desarrollo pero nunca se ha tenido en cuenta su repercusión negativa para las mujeres. La universidad excluye a las mujeres y el saber pasa a ser patrimonio del varón. La burguesía ciudadana terminó apartando a las mujeres de la herencia, que pasó a transmitirse únicamente por vía masculina y primogénita. Asimismo se excluyó a las mujeres de las profesiones que venían realizando y se las recluyó cada vez más al ámbito familiar.

En el mundo rural la mano de obra en el campo seguía basada en el trabajo de las mujeres- las labores agrícolas y las manufacturas caseras-. A partir de los siglos XVII y XVIII se ampliaron los trabajos de encajes y bordados, industria que quedó en manos femeninas por la posibilidad de realizarlas en el hogar. Las condiciones de vida de las mujeres campesinas no variaron desde la Edad Media: todo el peso del trabajo en la casa recaía sobre ellas desde la mañana hasta la noche y debían participar, además, en las tareas agrícolas y trabajar como temporeras en épocas de vendimia, aunque su salario era siempre inferior al del hombre. Los métodos anticonceptivos apenas se usaban y las mujeres tenían un hijo cada dos años, aunque la mortandad infantil era muy alta. Por ejemplo en París, un tercio de los niños de la época eran abandonados al nacer.

Las mujeres participaban en escaso número en la actividad productiva de las ciudades y las que trabajaban, en su mayoría, lo hacían como sirvientas. Con frecuencia eran objeto de explotación económica y sexual por parte de sus patronos.

En 1792 Mary Wollstonecraft escribió Vindicación de los derechos de la mujer. En ella se hacía una defensa de los derechos de las mujeres contra su anulación social y jurídica. Esta obra es tenida como el comienzo del movimiento feminista contemporáneo, pues en ella se defiende el derecho al trabajo igualitario, a la educación de las mujeres y a su participación en la vida pública.


Siglo XIX

El siglo XIX se caracteriza por la existencia de profundas transformaciones, en los ámbitos ideológico, económico y social, que inciden de manera esencial en las mujeres.

La aparición en Inglaterra del proceso de industrialización lanzó a las mujeres a las fábricas, sobre todo textiles, que junto con el servicio doméstico eran las ocupaciones mayoritarias de las más pobres. Se explotaba a los trabajadores con jornadas agotadoras de 16 horas, trabajo infantil, despido libre, falta de asistencia sanitaria, hacinamiento o ausencia de seguridad laboral. En el sector de la confección las mujeres se esforzaban hasta el anochecer dirigidas por oficialas y patronas que regentaban los talleres.

Las mujeres de clase alta utilizaban a numerosas criadas como signo de distinción y éstas trabajaban con total dependencia de los señores prácticamente las 24 horas por salarios de miseria. Como consecuencia de los agotadores y mal retribuidos salarios aumento la prostitución en las grandes ciudades ejercida por jóvenes que trataban de sobrevivir. En Inglaterra, a mediados del siglo XIX, el 40% de las mujeres que trabajan lo hacen en el servicio doméstico. En las jóvenes de clase media se hizo frecuente emplearse como institutrices y damas de compañía y es a mitad de este siglo cuando nació el oficio de enfermera.


En Finlandia, en 1878, la ley reconoció a las mujeres rurales el derecho a la mitad de la propiedad y de la herencia en el matrimonio y en 1889, las mujeres casadas pusieron disponer libremente de sus salarios. O leyes aún más tempranas en Noruega en los años 40 y 50 permitieron la igualdad hereditaria (1845). En cambio el Código Napoleón (1803) de Francia y en el Código Civil español de 1889 disponían que la mujer casada carecía de autonomía personal y tanto sus bienes como sus ingresos eran administrados por el marido. Solo en el siglo XX se conseguirá en Francia y España romper la legislación discriminatoria.

Los movimientos feministas del siglo XIX se concentraron en conseguir el sufragio para las mujeres. El camino hacia el voto no fue fácil y estuvo lleno de escollos. En 1848 se reunió en Nueva York la primera convención sobre los derechos de la mujer, pero no fue hasta 1920 cuando se consiguió el derecho al voto en Estados Unidos. La lucha en Europa fue dirigida por las mujeres inglesas, que crearon una organización propia dentro del partido socialista. En ocasiones la lucha de las mujeres no estuvo exenta de enfrentamientos violentos con la Policía y la obtención del voto femenino fue posible tras una lucha de un siglo. Las leyes electorales que consagraron el derecho de sufragio femenino en general en Nueva Zelanda (1893) y en Australia, progresivamente otros países se fueron sumando, Imperio ruso (1906), Noruega (1913), Dinamarca (1915), Alemania (1918), Estados Unidos (1920), Suecia (1921), Gran Bretaña (1928), España (1931), Francia e Italia (1945).





La mujer en el Siglo XX


El siglo XX se caracteriza por la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral. Las dos guerras mundiales fueron un factor desencadenante: al marchar los hombres al combate (65 millones de soldados entre todos los contendientes) las mujeres tuvieron que hacerse cargo del trabajo, hubo que recurrir a la mujer para mantener la producción, 430.000 mujeres francesas y 800.000 británicas pasaron de ser doncellas y amas de casa a obreras asalariadas. Las estructuras sociales comenzaron a cambiar. Las modas impusieron faldas y cabellos más cortos, aparecieron las guarderías para los hijos de las trabajadoras y la participación femenina en los sindicatos obreros. Tras la Segunda Guerra Mundial en los países capitalistas la mano de obra femenina representaba un tercio de los trabajadores, mientras que en el mundo socialista era de un 50 por ciento, ya que la Revolución Rusa de 1917 fue la primera en legislar que el salario femenino debía ser igual al masculino: a igual trabajo, igual salario. Las mujeres de la Unión Soviética se instalaron en todos los sectores de la producción. La Europa de la posguerra vio cómo las mujeres se resistían a abandonar sus trabajos para volver a encerrarse en el hogar o trabajar en el servicio doméstico.

En general, hasta la víspera de la Segunda Guerra Mundial (y hasta 1965 en Francia y años más tarde en España) la mujer debe solicitar el permiso del marido para ejercer una profesión. La esposa no puede presentarse a un examen, matricularse en una universidad, abrir una cuenta bancaria, solicitar un pasaporte o un permiso de conducir. Tampoco puede actuar ante la justicia. Para iniciar una acción procesal ha de solicitar una autorización especial, excepto en el caso de que ejerza un comercio separado y autorizado.

Los nuevos tiempos suponen un cambio significativo en la concepción del trabajo femenino: se empieza a considerar que es necesario y que, además, dignifica a la mujer. Las mujeres de clase media, acceden cada vez más a un trabajo más cualificado y mejor retribuido. El aumento fue tan importante que, a finales de los años sesenta, había en Europa occidental, más mujeres oficinistas que hombres. También fue mayoritaria la participación de la mujer en trabajos como el de enfermera, telefonista, comercio, limpieza, peluquerías, etcétera. Actualmente las mujeres copan las universidades y son fuertemente competitivas en todo tipo de trabajos, incluidos los técnicos. Pese a todo en el tercer Mundo continúan marginadas y esclavizadas.




¿La discriminación femenina ha sido una constante en todas las civilizaciones?

Han existido a lo largo de la Historia, pueblos que se condujeron por caminos diferentes al resto. Algunos son muy llamativos y rompen con el molde típico que expresa que la mujer jamás tuvo libertad ni poder, sino que por el contrario, tuvieron mucho más que el mismo hombre.

Puede parecer sorprendente, pero no lo es. Las sociedades que giran en torno a la naturaleza y viven en contacto directo con ella actúan de manera más igualitaria. Y no hace falta remontarse en el tiempo para comprobarlo. Las comunidades amazónicas que subsisten aún, inmersas en la naturaleza, atestiguan estas pautas de comportamiento.

Tenemos otro ejemplo en la historia, el pueblo celta, en el que antes y en los comienzos de la era cristiana, la mujer no conoció de feminismo, ni machismo, ni matriarcado/patriarcado, y por supuesto, menos de tener la necesidad de luchar por sus derechos, sus espacios.

Comenzaron a habitar en el centro y el norte de Europa 2.000 años antes de Cristo. Extendiéndose entre el 1.500 y el 900 a.C. por las Islas Británicas, norte de Francia, y llegando al norte de España en el 800 a.C. Desde el nacimiento ambos sexos eran criados juntos, recibiendo la misma educación, así como el aprendizaje de oficios. Tenían el derecho a elegir a su pareja y nadie podía imponerle un casamiento. Las leyes celtas incluían renovación del contrato matrimonial, al año de haberse casado, igualmente existía el “divorcio” con repartición de bienes equitativos. Manteniendo cada uno sus bienes propios y repartiendo los que hubiesen incrementado durante el matrimonio.

Luego del matrimonio ella no era propiedad de su marido, eran compañeros en una aventura matrimonial. La esposa permanecía como dueña exclusiva de sus propiedades, tampoco las propiedades habidas juntamente o poseídas por ambos podían ser vendidas o cedidas por el marido, sus derechos sobre los bienes comunes eran iguales y para disponer de ellos era necesario el voluntario consentimiento de ambos.

La mujer en la vieja Irlanda- único lugar del mundo celta que nunca fue visitado por las legiones romanas, mantiene su independencia hasta el siglo XII, y a los fines prácticos unos tres siglos más- estaba casi en un plano de igualdad con el hombre. En particular las mujeres importantes que no sólo imponían esta igualdad, sino también en algunos casos su superioridad. La mujer permaneció emancipada y fue a menudo elegida por su profesión, rango y fama.



Un ejemplo más cercano lo tenemos en España: los astures, quienes se asentaron aproximadamente en el siglo VI a.C. en el noroeste de la Península Ibérica y siguieron ese patrón social de igualdad entre géneros.

De igual forma en medio de una época medieval en la que la mujer europea no era tenida en cuenta e incluso se la llegaba a considerar como inferior, los vikingos fueron la excepción a la regla. Ellos tenían mujeres líderes, gobernantes, guerreras. Tenían un estado igualitario en la cultura vikinga, tanto legal como social. La mujer vikinga era la jefa en el interior de la casa y a menudo se hacía cargo de la marcha de la granja cuando su marido y sus hijos estaban ausentes por motivos guerreros o comerciales. Se casaban entre los 12 y los 16 años, normalmente por matrimonios acordados, aunque se conocen historias de amores turbulentos consumados al margen de los acuerdos familiares. Si quería divorciarse en caso de que el marido fuera perezoso, insultase a la familia o la maltratara, lo único que tenía que hacer ella era llamar a algunos testigos, y anunciar que se divorciaba. Las mujeres vikingas tenían un estatus que ninguna otra mujer de la época tenía, y que sólo lograron en períodos más recientes. Curiosamente y siglos después hoy en día las mujeres escandinavas siguen siendo el mejor ejemplo de equidad conocido entre hombre y mujer.

TEMA: MUJERES QUE DEJARON HUELLA EN LA HISTORIA.

Mujeres que dejaron una huella en la historia

A lo largo de la historia las referencias hacia la mujer en los diversos ámbitos del conocimiento apenas existen. Por un lado, porque han tenido muchos obstáculos para poder desarrollar sus intereses y capacidades, y por otro lado, porque a las que han conseguido hacerlo no se les ha reconocido y muchas ni siquiera han sido nombradas en los libros o en las enciclopedias. Siglos enteros se han contado sin incluir a las mujeres, la historia de los varones era extensiva a la historia de la humanidad. Únicamente en estás últimas generaciones las mujeres están empezando a tener importancia en la vida pública.



Pretendo con esta entrada hacer justicia a muchas de ellas, en algunos casos desconocidas para mucha gente, y responder de forma parcial la cuestión de quiénes son las mujeres más brillantes y que más han aportado a la humanidad. Para responder a esas preguntas he seleccionado a doce mujeres que estimo que de una forma u otra han dejado una huella innegable en nuestra historia. Lógicamente es una muestra reducida en la que se pueden echar en falta a muchas de ellas. No he incluido mujeres de relevancia y liderazgo político, por contra he hecho hincapié en aquellas que en mi opinión han realizado una aportación más notable en diversas áreas del conocimiento humano, ya sea por haber realizado innovaciones y avances científicos relevantes o por haber alcanzado la excelencia artística en su ámbito. También se ha seleccionado alguna mujer de gran relevancia por haber sido en su momento precursora e impulsora de importantes avances sociales.

Maria Sklodowska-Curie, conocida también como Marie Curie (1867 - 1934) fue una química y física polaca, posteriormente nacionalizada francesa. Pionera en el campo de la radioactividad, fue la primera persona en recibir dos premios Nobel en dos campos diferentes (física y química).

Siempre fue la primera alumna de su clase. Consigue la licenciatura de física y en matemáticas siendo la primera y la segunda de su promoción respectivamente. Es la primera mujer francesa en recibir un título de doctorado y en 1906 se convierte en la primera mujer que imparte una clase en la Universidad de París.


Marie fue galardonada con el Premio Nobel de Física en 1903, "en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel". Fue la primera mujer que obtuvo tal galardón. En 1910 demostró que se podía obtener un gramo de radio puro. Al año siguiente recibió el Premio Nobel de Química «en reconocimiento de sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento». Con una actitud desinteresada, no patentó el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica.

Durante la Primer Guerra Mundial, Curie promovió la radiología como una herramienta medica para tratar a los soldados heridos y recorrió los hospitales de campaña para ayudar a los cirujanos con las nuevas técnicas radiológicas. Sus descubrimientos y su tremendo legado, que cambiaron el curso de la ciencia en su época, están vigentes hasta el día de hoy. 

Albert Einstein, que la conoció una vez terminada la guerra y mantuvo con ella una fructífera relación científica, afirmó: "Madame Curie es, de todos los personajes célebres, el único al que la gloria no ha corrompido".


Florence Nightingale (1820 - 1910),  fue una célebre enfermera, escritora y estadística británica, considerada la "madre" de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería. 

Se destacó desde muy joven en matemáticas y aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la estadística sanitaria. Nightingale sentó las bases de la profesionalización de la enfermería con el establecimiento, en 1860, de su escuela de enfermería en el Hospital Saint Thomas de Londres. Fue la primera escuela laica de enfermería en el mundo. Alcanzó fama mundial por sus trabajos pioneros de enfermería en la asistencia a los heridos durante la Guerra de Crimea. A partir de ese momento fue conocida como «La Dama de la Lámpara», por su costumbre de realizar rondas nocturnas con una lámpara para atender a sus pacientes. 



Dedicó su vida a promover el establecimiento y el desarrollo de la enfermería como profesión y a organizarla en su forma moderna. En 1859 se publicaron sus Notas sobre Enfermería: Qué es y qué no es. En la introducción a la edición inglesa de 1974, Joan Quixley de la Escuela de Enfermería Nightingale subrayó: «El libro fue el primero de su tipo en ser escrito. Apareció en una época en la que las más simples reglas de la salud recién comenzaban a conocerse, cuando su temática era de vital importancia para el bienestar y la recuperación de los pacientes, cuando los hospitales estaban plagados de infecciones, cuando las enfermeras aún eran consideradas como personas ignorantes, sin educación alguna. Este libro tiene, inevitablemente, su lugar en la historia de la enfermería, pues fue escrito por la fundadora de la enfermería moderna.»
Fue la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, y en 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden de Mérito del Reino Unido. El Juramento Nightingale efectuado por las enfermeras al graduarse, fue creado en su honor en 1893. Y el Día Internacional de la Enfermería se celebra en la fecha de su cumpleaños.


Mary Wollstonecraft  (1759 - 1797) fue una filósofa y escritora británica. Es considerada la precursora del feminismo. La independencia económica fue lo que le permitió desarrollarse y llegar a ser lo que fue. Se empleó en las ocupaciones disponibles para una joven soltera y sin dote: fue acompañante pagada, costurera en su casa, dirigió una pequeña escuela para alumnas de pago y se desempeñó como institutriz; al tiempo que se instruía de forma autodidacta.


Hay en ella la conciencia crítica sobre la situación social, económica y cultural de la mujer en los tiempos que le tocó vivir, y fruto de esas preocupaciones escribe uno de sus libros más reconocidos: Vindicación de los derechos de la Mujer, considerado como un clásico del feminismo, en el cual argumenta que las mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que parecen serlo porque no reciben la misma educación. Argumenta que hombres y mujeres deberían ser tratados como seres racionales e imagina un orden social basado en la razón. Si se tiene en cuenta que la obra se publicó en 1791, sus palabras toman valor histórico. En ella se expresa que la mujer no es inferior al varón sino que sufre una brecha en los niveles educativos que recibe, y que esta educación deforma sus valores con ”nociones equivocadas de excelencia femenina”.


Jane Austen (1775 – 1817) fue una destacada novelista británica que vivió durante el período de la regencia. Jane Austen forma parte de los "clásicos" de la novela inglesa.



Austen es una de las grandes novelistas de la historia, de prosa elegante, fluida y con cierto tono sarcástico, aborda con detalle, humor, capacidad de observación y penetración psicológica, diferentes retratos costumbristas en torno a conflictos románticos diseñados con perspectiva femenina, inteligencia e ironía. Los círculos académicos siempre han considerado a Austen como una escritora conservadora, mientras que la crítica feminista más actual apunta que en su obra puede apreciarse una novelización del pensamiento de Mary Wollstonecraft sobre la educación de la mujer.



Susan Brownell Anthony (1820 – 1906), líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles. Jugó un importante papel en la lucha por los Derechos de la Mujer en el Siglo XIX para garantizar el Derecho de Voto en los Estados Unidos.



Investigó las injusticias que se cometían con la mujer obrera, las degradantes condiciones en que trabajaba y el bajo sueldo que recibía. También se interesó activamente en la lucha por la abolición de la esclavitud: en 1863, durante la Guerra Civil, fundó la Liga de Mujeres Leales, a favor de la liberación de esclavos. Defendió la coeducación y luchó para que las universidades aceptaran a las mujeres como alumnas, promulgó el derecho de la mujer a tener propiedades, vender y comprar sin el permiso del marido, poder separarse e igualmente, tener con él, la patria potestad de los hijos.

En 1920 se concedió a las mujeres el derecho de votar, en la Decimonovena Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Susan Anthony había esbozado esa enmienda, la cual fue presentada en 1847 por un amigo suyo. No llegó a disfrutar el privilegio del voto, por el que había luchado tanto.

Rosalind Elsie Franklin (1920 - 1958) fue una biofísica y cristalógrafa inglesa autora de importantes contribuciones a la comprensión de las estructuras del ADN.

La corta vida de Rosalind Franklin estuvo llena de obstáculos. La primera mujer en fotografiar la molécula del ADN y descubrir la estructura de nuestra composición genética, murió sin ser reconocida por sus logros. Franklin realizó uno de los descubrimientos más importantes del siglo. En febrero de 1953 escribió en sus cuadernos que la estructura del ADN estaba compuesta por dos cadenas, tomando además la primera radiografía de la famosa doble hélice. 


La madre de la genética murió en 1958 de cáncer en el ovario. Tenía 37 años. Cuatro años más tarde, tres hombres disfrutarían del premio más alto a la labor científica gracias a ella. Pero nadie mencionó entonces su nombre. Las leyes del premio tampoco permitían que lo recibieran científicos después de morir. La estructura doble hélice del ADN, el material del que están hechos los genes, sin duda es uno de los más grandes descubrimientos científicos jamás realizado y abrió las puertas a los grandes avances científicos actuales de la Biología y la Genética molecular.


Ada Augusta Byron King (1815 - 1852, Londres, Reino Unido), hija del famoso poeta Lord Byron. Describió la máquina analítica de Charles Babbage, actualmente es considerada como la primera programadora, al crear la base del primer programa informático de la historia. Dedujo la capacidad de los ordenadores para ir más allá de los simples cálculos de números.


Cursó estudios particulares de matemáticas y ciencias. Fue básicamente una persona autodidacta. Ada Lovelace desarrolló conceptos tan familiares en un lenguaje de programación como un conjunto de instrucciones que permiten que otras se repitan en un bucle o subrutina, la relación que llevaron por años hizo que Charles Babbage reconociera el talento de Ada al grado de llamarle "La encantadora de los números" (The Enchantress of Numbers).

Durante su vida sus aportes fueron poco apreciados, aunque se le dieron la importancia merecida años después de su muerte, pero no fue hasta el siguiente siglo donde se aprovecharon para los avances de la informática. Ada Lovelace es la única mujer que cuenta con un lenguaje de programación que lleva su nombre.


Simone de Beauvoir (1908 - 1986), fue una novelista y filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. 


Simone de Beauvoir fue una filósofa y novelista francesa que a lo largo de su vida escribió varias novelas y ensayos sobre temas filosóficos, políticos y sociales. Sus primeros escritos trataban los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad, ideas que compartía con su compañero Jean-Paul Sartre, pero obras posteriores como “El Segundo Sexo” la sitúan como una de las fundadoras de los movimientos feministas por la igualdad.


Trotula de Salerno, fue una doctora que vivió en Salerno, Italia, entre los siglos XI y XII y que escribió varios influyentes trabajos de medicina.


Sus libros se centran en los problemas médicos de las mujeres, incluyendo la menstruación, la concepción, el embarazo, el parto, el control de la natalidad, además de diversas enfermedades ginecológicas y de otro tipo, así como de sus remedios. Sus escritos reflejaron ideas muy avanzadas para su tiempo: un ejemplo es su apoyo a que se suministrasen opiáceos a las mujeres durante el parto para mitigar el dolor, una práctica que entonces era perseguida por las autoridades. 

Las enseñanzas ginecológicas de Trótula de Salerno serán seguidas durante muchos años por la medicina de toda Europa, convirtiéndola en la mujer de mayor prestigio de la Obstetricia y Ginecología de la Edad Media.


Anna Eleanor Roosevelt (1884 - 1962) fue escritora, diplomática, activista por los derechos humanos y feminista. Primera Dama estadounidense y esposa del Presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt. Está considerada como una de las mujeres que más ha influido en el siglo XX.


Eleanor era considerada como una mujer sencilla y de niña había sido torpe y extremadamente tímida. Sin embargo, utilizó su posición en la sociedad para hacer grandes obras de bien a favor de los pobres, cuando Franklin Roosevelt fue presidente, ella trabajó a su lado y fue infatigable en sus esfuerzos para ayudar al país a salir de La Depresión.

Abogó por derechos iguales para mujeres, afroamericanos, trabajadores de la época de la depresión, dando inspiración y atención a sus causas. En un tiempo en el que la mujer ejercía un papel relativamente reducido en la vida pública, la nueva Primera Dama dio más de 300 conferencias para mujeres periodistas y participó en multitud de actos políticos en defensa de los derechos femeninos, sobretodo de las mujeres afroamericanas y de los derechos civiles en general. Eleanor Roosevelt fue la fuerza impulsora que en 1948 creó la declaración de libertades que siempre será su legado: La Declaración Universal de Derechos Humanos.


Jane Goodall (Londres, 1934) es una naturalista, activista y primatóloga inglesa que ha dedicado su vida al estudio del comportamiento de los chimpancés en África y a educar y promover estilos de vida más sostenibles en todo el planeta. Sus observaciones sobre la conducta instrumental de los chimpancés, sus hábitos de caza, su estructura social, sus emociones, su inteligencia y su personalidad individual revolucionaron la biología y nuestra percepción sobre los chimpancés y sobre los mismos Homo sapiens.



Fue la pionera en la investigación de grandes simios en estado salvaje, introduciendo metodologías originales que fueron criticadas en su momento pero que hoy son ampliamente utilizadas. Sus observaciones y descubrimientos sobre los chimpancés, los parientes evolutivos vivos más cercanos genéticamente al ser humano, junto con los bonobos, han tenido un gran impacto global y la han convertido en la mujer científica más conocida del siglo XX.


Emily Elizabeth Dickinson (1830 - 1886) fue una poetisa estadounidense, cuya poesía apasionada ha colocado a su autora en el reducido panteón de poetas fundacionales estadounidenses que hoy comparte con Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman. Emily Dickinson pasó gran parte de su vida recluida en una habitación de la casa de su padre en Amherst, y, excepto cinco poemas, su ingente obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte.



Mantuvo en contacto solamente con unas pocas amistades, como el escritor Samuel Boswell, con quien sostuvo una larga correspondencia. De ella dijo Jorge Luis Borges: "No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y solitaria que la de esa mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y tenerlo". Su obra, por su especial sensibilidad, misterio y profundidad, ha sido celebrada como una de las más grandes de habla inglesa de todos los tiempos.

TEMA: RECORDANDO A MUJERES EJEMPLARES EN PERU

Recordando a Cuatro Mujeres Peruanas Ejemplares