La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. 2 Corintios 13:14
El grado de comunión que tenemos con el Espíritu Santo determina el grado de victoria y de plenitud que alcanzamos.
El Espíritu Santo fortalece nuestro ser interior para tener autoridad para resistir a la carne y para servir en el Poder del Señor.
Queremos hablar de la calidad de esta comunión.
1) El primer problema es que no nos damos cuenta que esta comunión se va debilitando y nos acostumbramos a vivir vacíos.
Sutilmente el Espíritu Santo se va a apagando en nosotros y va perdiendo capacidad de
actuar en nuestras vidas.
Es así que pasamos por intensos momentos de necesidad espiritual sin damos cuenta.
Tenemos que reconocer los síntomas del vivir vacíos por el apagar o contristar al espíritu Santo
Hay personas aquí que están cansadas de vivir.
A pesar de que parece que tienen todo nada de lo que tienen les satisface.
Nada les llena.
Hay personas que están siempre agotadas y nada les trae descanso a sus almas.
Se sienten sin fuerzas para luchar, tampoco tienen una razón para luchar.
Sin darse cuenta se encuentran a sí mismo quejándose muchas veces sin razón.
Otras veces se encuentran así mismo anhelando otros tiempos de Gloria.
Solo le conmueven las canciones que le conmovieron cuando estaban bien.
No le encuentran el sabor a las cosas espirituales, todo queda reducido a un religiosismo.
Las Escrituras, las alabanzas, los mensajes, el servicio toda la vida de la iglesia esta diseñada para personas llenas del Espíritu
En ese estado de sequedad el enemigo logra desalentarnos por cualquier cosa.
Pero Dios está esperando otra cosa.
¿Sabés que lindo es tener una familia llena del Espíritu Santo?
Muchos hijos están apartados por el nivel de critica y religiosismo de los padres
2) El segundo problema es que Dios no puede llenar lo que está lleno.
Entonces nos encontramos con un verdadero problema: Necesitamos vaciarnos continuamente para poder ser llenos continuamente del Espíritu.
Tengo que vaciarme de todas mis cargas, mis dolores, mis tristezas, mis rebeliones.
Tengo que vaciarme de mis proyectos.
¿En que pienso cuando no pienso en nada? Eso es lo que llena mi corazón
El Espíritu Santo que mora en nosotros nos anhela celosamente. Santiago 4:5
Hay muchas cosas lícitas que ocupan el lugar que debe ocupar Dios.
Dios necesita producir una herida en nuestro corazón para que le busquemos.
En Hechos dice que estaban compungidos de corazón
Dios sólo puede obrar cuando hay hambre, un hambre que duele que debilita.
Sólo se puede edificar a quien está en crisis.
Jesús vino a los enfermos.
3 ) Dios está esperando que encontremos el camino de victoria.
Que en el tomar conciencia de nuestro estado de necesidad espiritual.
Levantamos nuestras mirada al Trono de donde viene nuestro socorro.
Cuando mi mirada de necesidad, de sequedad se encuentran con los ojos de provisión.
Me conecto con el manantial de vida.
¡Qué experiencia poderosa!
Cuando mi sequedad, las paredes derruidas, mohosas, oxidadas de mi interior comienzan a tener contacto con un río de agua viva, todo se renueva, se refresca.
Que sonsos hemos sido, en vez de buscar esa llenura nos acostumbramos a vivir vacíos.
Pero esto es mucho mas que la solución a una necesidad.
Ese río no es sólo un río. Es una persona es alguien que quiere ser mi amigo íntimo.
Esa persona que quiere ser tu amigo está aquí.
No sólo te quiere llenar, quiere todo, quiere hacernos bien pero para eso tienen que tomar el control de todo.
Tenemos que ser continuamente renovados en la llenura del Espíritu.
Sed llenos Efesios 5:18
Continuamente soy ministrado y ministro, ya sea el Espíritu de Dios o algún otro espíritu.
De lo que recibo doy.
Muchos ministran de los que les ministra el televisor.
En el mejor de los casos un espíritu de temor, miedo e impotencia por todo lo que ven en los noticieros.
Hasta las cosas aparentemente buenas corrompen al que está vacío.
Hay muchas cosas que entristecen al Espíritu y lo apagan.
Hay muchas cosas que ministran aflicción al Espíritu.
Y atentamos con la fuente de nuestra salud.
4 – Tengo que buscar con pasión una ardiente comunión con el Espíritu.
Dios quiere corazones al rojo vivo.
Jacob le dijo a Dios: No te dejaré si no me bendices. Génesis 32:26
La viuda insistente. Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman de día y de noche. Lucas 18:2-7
5 – Todos aquellos que le buscan son transformados.
Fíjate que Moisés por la comunión con e Señor cuando bajó le resplandecía la cara.
Éxodo 34:29
Le cambió el ADN de las células de la cara.
Hay una transformación que Dios tiene que hace en tu interior para que pueda producir el tipo de morada que necesita producir en tu vida.
Y no te podés desalentar en el primer tropiezo.
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