domingo, 19 de enero de 2014

REFLEXION Y MEDITACION DIA 15 LUNES 20 DE ENERO 2014

 AVIVAMIENTO VENIDO DEL CIELO
Tú y yo somos un milagro. Aquello que parece imposible, aquello que parece no tener salida, aquello que parece ser muerte, el Señor lo cambiará. Puedes ser lleno de la Palabra de Dios que está en nuestra boca, pero no trates con ligereza la nueva revelación que Él te da. No podemos permitir que la nueva revelación sea profanada. Si el Señor te lleva a un tiempo de reforma, prepárate, no lo tomes a la ligera. Si te critican por las nuevas revelaciones, tómalo con calma, Jesús dijo que nosotros haremos obras mayores. Esa profecía nos expone a comentarios, críticas y acusaciones. Cuando te propongas ser usado por Dios en obras y proyectos mayores, no profanes la revelación permitiendo que el temor te bloquee.
Recuerdo que en nuestros primeros años en Colombia, luego de llegar de Brasil, mi familia yo pasamos hambre. Comíamos arroz con papa y papa con arroz. En casa vivíamos el factor multiplicador que hacía que todos nos alimentáramos con una torta de huevo. La ropa se volvió nada, la prioridad era la obra del Señor que avanzaba, porque nuestro acuerdo era darlo todo. Alguien me retó: “¿Dónde está el Dios de las promesas que ahora te deja aguantar hambre?” Era un bombardeo porque hay una línea muy débil que separa la fe de la duda. Entonces, una noche, oré a Dios, con el corazón latiendo aceleradamente y amanecí cantando: “¿Cómo podré estar triste, cómo sentirme solo? En el dolor viví, Cristo es mi consuelo, mi amigo siempre fiel, si aún las aves tienen, seguro así tendré”. Entonces le dije a mi esposa: “Habrá provisión”. Y así fue. No permitas que algo doblegue tu fe que es capaz de vencer cualquier cosa, ¡hasta el hambre!
No sé qué te hace falta ahora, a mí me hizo falta sentir el sabor de la comida, me hizo falta tener una camisa más digna, pero nunca debemos desalentarnos. Nuestro gran Señor es fiel, Su Palabra hace huir al dolor. El Espíritu consolador está contigo, no temas, se está produciendo un cambio de medida en tu vida, en tu familia, en tu economía. Tu fe vencerá la escasez, y te levantará a otro nivel. Ahora viviremos un pentecostés, recíbelo, es tiempo de reforma, de cambio, de abundancia completa. Tu tristeza terminó ahora, ¡se activa un tiempo de victoria! Se detiene el dolor, la angustia, la necesidad, proclama: “La victoria es mía”. Llegó el tiempo de la canción, del gozo. El Señor provee una intensa fuerza, el Espíritu Santo toma el control de todo. Lo que viene es extraordinario, hay un nivel de poder que determina el avivamiento que se activa en ti, en tu casa y en tu ministerio.
Mateo 11:12 dice: Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él.
Josué 1:9 dice: Mi mandato es: ¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas.
Dilo: “Somos un pueblo con reacción violenta que toma su reino por la fuerza” . Somos el pueblo de Dios con un destino maravilloso. Usaremos decretos divinos para abrir el camino a fin de lograr nuestra misión. Somos un pueblo fuerte y valiente que se moverá como una tormenta en la tierra, restaurando el territorio al plan original de la plenitud de Dios . La fe es la causa de nuestra victoria que mantiene el avivamiento con resultado de millares de salvos, millares de bautizados en agua y en Espíritu, millares comprometidos con una vida de santidad y con la multiplicación, millares comprometidos con acción de milagros y con la acción restauradora para los desanimados y extraviados, millares comprometidos con una vida de abundancia.
Miqueas 3:8 asegura: Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza
Seamos como Miqueas que vivía en un mundo corrupto, contaminado, entre sacerdotes y reyes injustos, pero lleno del poder del Espíritu de Jehová, por lo que presentó la batalla . El avivamiento es tuyo, tu pueblo y tu ciudad serán para Cristo. El tiempo llegó, la explosión llegó porque ¡las naciones se levantarán para reconocer a Jehová como su Señor! BENDICIONES HERMANOS(AS)

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